Por Ivette Leyva MartínezEditora de Yahoo! Inc
Hace algunos años, mientras estudiaba en Londres, limpiaba varias casas los fines de semana para hacer un poco de dinero extra. En uno de esos hogares me demoraba más recogiendo los juguetes de los niños que limpiando. Recuerdo que una vez le comenté esto a la madre y dueña de la casa y ella me respondió: "Es que de niña apenas tuve juguetes y ahora le quiero dar todo a mis hijos. Cuando tengas los tuyos, verás que te sucede igual".
Y así ha sido. Estoy segura de que muchas madres hispanas en Estados Unidos, especialmente las que crecieron en medio de privaciones como yo, enfrentan el mismo panorama en sus casas cada día: juguetes por todos lados. Pero a diferencia de la señora londinense, la mayoría de las familias estadounidenses no tiene empleados que les ayuden con las tareas domésticas, y es esencial que nuestros hijos aprendar a ser ordenados, no sólo para nuestra tranquilidad, sino además porque ese hábito les ayudará a ser más eficientes en su vida profesional futura.
Un niño en este país recibe decenas de juguetes de regalo al año. Si te pones a observar, te darás cuenta de que usan sólo con dos o tres a la vez y no los valoran mucho. ¿Qué hacer para que nuestros hijos aprendan a ordenar sus cosas?
1. Establece la regla de que por cada juguete nuevo tiene que irse uno viejo. A veces las madres nos enamoramos más de ciertos juguetes que nuestros hijos. Deja que tu hijo lo escoja y ve junto con él a donarlo a organizaciones caritativas, para que de paso aprenda a ser generoso.
2. Permítele sacar 3 juguetes, juegos o libros a la vez desde los dos años de edad en adelante.
3. Busca un estante plástico y coloca los juguetes al alcance de tu hijo, nunca donde no pueda llegar, o de lo contrario tendrás que limpiar además las marcas de los zapatos en las paredes. Para los niños pequeños, es útil colocar en las gavetas o compartimentos del estante pegatinas o recortes con la imagen del tipo de juguete que deben colocar allí.
4. No recojas lo que tus hijos tiran. El error más común y probablemente más grave en el camino hacia la organización es ordenar lo que los niños riegan cuando ya ellos son capaces de hacerlo por sí mismos. Esto pasa en muchas familias extendidas latinas, donde las abuelas consienten demasiado a los nietos. A los 5 años, los niños son capaces de recoger la ropa, colocar la sucia en el lugar designado, alisar el sobrecama, ayudar a poner y quitar la mesa y recoger los juguetes.
5. Dales tareas concretas. Recuerda que a los niños pequeños no les interesa la organización, sino a ti. Si tienes hijos de menos de 6 años no aspires a tener limpieza y orden perfectos en tu casa. No exijas demasiado y sé flexible: si está jugando con bloques, por ejemplo, espera a que cambie de actividad. Imparte instrucciones específicas en vez de "organiza la habitación" dile "pon los bloques en el estante".
6. Suaviza el tono de tus órdenes y convierte la organización en una tarea divertida. Cuenta hasta 100 y no te exasperes con el desorden. En vez de "guarda los juguetes ahora mismo" es preferible decir, para los más pequeños "es hora de que las muñecas se vayan a descansar". Puedes incentivar una competencia con tu hijo o entre los hermanos, a ver quién ordena más rápido.
7. Usa las recompensas sabiamente. No hay que premiar a los hijos por cumplir el deber de organizar sus habitaciones o recoger lo que han desordenado por toda la casa, hábitos que además les ayudarán cuando sean adultos, pero sí puedes recompensarlos cuando han hecho algún esfuerzo adicional.
8. No vaciles en tomar medidas drásticas cuando sea necesario. Las prohibiciones de ver televisión o usar los juegos digitales de moda suelen ser suficientes para encarrilar a los niños cuando no cumplen sus obligaciones de orden y limpieza. Un consejo que no falla para los más desobedientes: amenaza con echar a la basura los juguetes que encuentres desordenados. Y si es necesario, cumple.
Hace algunos años, mientras estudiaba en Londres, limpiaba varias casas los fines de semana para hacer un poco de dinero extra. En uno de esos hogares me demoraba más recogiendo los juguetes de los niños que limpiando. Recuerdo que una vez le comenté esto a la madre y dueña de la casa y ella me respondió: "Es que de niña apenas tuve juguetes y ahora le quiero dar todo a mis hijos. Cuando tengas los tuyos, verás que te sucede igual".
Y así ha sido. Estoy segura de que muchas madres hispanas en Estados Unidos, especialmente las que crecieron en medio de privaciones como yo, enfrentan el mismo panorama en sus casas cada día: juguetes por todos lados. Pero a diferencia de la señora londinense, la mayoría de las familias estadounidenses no tiene empleados que les ayuden con las tareas domésticas, y es esencial que nuestros hijos aprendar a ser ordenados, no sólo para nuestra tranquilidad, sino además porque ese hábito les ayudará a ser más eficientes en su vida profesional futura.
Un niño en este país recibe decenas de juguetes de regalo al año. Si te pones a observar, te darás cuenta de que usan sólo con dos o tres a la vez y no los valoran mucho. ¿Qué hacer para que nuestros hijos aprendan a ordenar sus cosas?
1. Establece la regla de que por cada juguete nuevo tiene que irse uno viejo. A veces las madres nos enamoramos más de ciertos juguetes que nuestros hijos. Deja que tu hijo lo escoja y ve junto con él a donarlo a organizaciones caritativas, para que de paso aprenda a ser generoso.
2. Permítele sacar 3 juguetes, juegos o libros a la vez desde los dos años de edad en adelante.
3. Busca un estante plástico y coloca los juguetes al alcance de tu hijo, nunca donde no pueda llegar, o de lo contrario tendrás que limpiar además las marcas de los zapatos en las paredes. Para los niños pequeños, es útil colocar en las gavetas o compartimentos del estante pegatinas o recortes con la imagen del tipo de juguete que deben colocar allí.
4. No recojas lo que tus hijos tiran. El error más común y probablemente más grave en el camino hacia la organización es ordenar lo que los niños riegan cuando ya ellos son capaces de hacerlo por sí mismos. Esto pasa en muchas familias extendidas latinas, donde las abuelas consienten demasiado a los nietos. A los 5 años, los niños son capaces de recoger la ropa, colocar la sucia en el lugar designado, alisar el sobrecama, ayudar a poner y quitar la mesa y recoger los juguetes.
5. Dales tareas concretas. Recuerda que a los niños pequeños no les interesa la organización, sino a ti. Si tienes hijos de menos de 6 años no aspires a tener limpieza y orden perfectos en tu casa. No exijas demasiado y sé flexible: si está jugando con bloques, por ejemplo, espera a que cambie de actividad. Imparte instrucciones específicas en vez de "organiza la habitación" dile "pon los bloques en el estante".
6. Suaviza el tono de tus órdenes y convierte la organización en una tarea divertida. Cuenta hasta 100 y no te exasperes con el desorden. En vez de "guarda los juguetes ahora mismo" es preferible decir, para los más pequeños "es hora de que las muñecas se vayan a descansar". Puedes incentivar una competencia con tu hijo o entre los hermanos, a ver quién ordena más rápido.
7. Usa las recompensas sabiamente. No hay que premiar a los hijos por cumplir el deber de organizar sus habitaciones o recoger lo que han desordenado por toda la casa, hábitos que además les ayudarán cuando sean adultos, pero sí puedes recompensarlos cuando han hecho algún esfuerzo adicional.
8. No vaciles en tomar medidas drásticas cuando sea necesario. Las prohibiciones de ver televisión o usar los juegos digitales de moda suelen ser suficientes para encarrilar a los niños cuando no cumplen sus obligaciones de orden y limpieza. Un consejo que no falla para los más desobedientes: amenaza con echar a la basura los juguetes que encuentres desordenados. Y si es necesario, cumple.
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