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La sociedad Salvadoreña y la estadounidense tienen un mismo anhelo frente a sus propios conflictos: LA PAZ.


La solución política al conflicto armado que vivió nuestro país en la década de los 80, fue impulsado también por sectores de la sociedad civil aglutinados en el Comité Permanente para el Debate Nacional por la Paz (CPDN); el reverendo Edgar Palacios fue coordinador del CPDN en la época del diálogo y negociación entre el Gobierno de El Salvador y el FMLN, que resultara en los Acuerdos de Paz que cumplen 20 años de haber sido suscritos.
“El CPDN surgió luego que el Arzobispado de San Salvador convocara al pueblo salvadoreño a una asamblea, fuimos convocadas las fuerzas sociales para presentar tesis de solución a los conflictos en las áreas económica, política, social y cultural, en ese entonces. Era 1988 y la asamblea gozó de la presencia de prácticamente todos los sectores sociales, con excepción de la gran empresa privada”, comentó el reverendo Palacios.
Uno de los acuerdos tomados por unanimidad fue constituir un entre que diera seguimiento al cumplimiento de los acuerdos surgidos en esa asamblea, “así fue que surgió el Comité Permanente para el Debate Nacional por la Paz.
Reverendo Edgar Palacios fue coordinador del CPDN
 en la época del diálogo y negociación
 .
“Participaron universidades, organizaciones laborales, sindicales, cooperativas, comisión de derechos humanos, organizaciones indígenas, de mujeres, iglesias y la pequeña y mediana empresa. Estos sectores tuvieron la oportunidad de expresarse y luchar para que tanto el Gobierno como el FMLN avanzaran en el diálogo y cambiaran sus posiciones cuando fuera necesario, para lograr la paz”, explicó el reverendo Palacios.
Edgar Palacios, pastor de la iglesia El Calvario, en Washington D.C., manifestó que el CPDN tenía interés de participar en la mesa de diálogo, pero fue algo que no pudo darse. “Nuestra tesis coincidía mucho con el FMLN, especialmente en cuanto a llegar a la paz por medio de la negociación, que estaba enfrentada  a la tesis de la victoria militar, sostenida por el ejército, el Gobierno y los Estados Unidos”.
El CPDN también coincidía con el FMLN en que las causas del conflicto eran los problemas económicos y sociales, además de que se habían cerrado las vías democráticas. “El Debate Nacional por la Paz planteaba que si las causas eran de corte económico y social, para superar el conflicto era necesario responder a las problemáticas económicas y sociales, sin embargo, en la mesa de negociación, estas temáticas no tuvieron mayor impacto”, dijo el pastor Palacios, afirmando que esos temas son las grandes deudas de los últimos 20 años. “Quienes conformamos el CPDN no quedamos completamente satisfechos con los Acuerdos de Paz, porque para nosotros era fundamental abordar el aspecto económico y social”, señaló.
“Las fuerzas sociales de la nación se han expresado en estos 20 años, no todas unidas en el mismo objetivo, por supuesto, pero tampoco se les ha escuchado. El Estado, el Gobierno y el sistema económico deben estar en función del pueblo, el pueblo es el que trabaja y genera la riqueza del país. Por eso creo que debemos avanzar a una nueva etapa de la paz, algo que llamo ‘revolución social’, porque la primera etapa fue un pacto político, o la podríamos llamar una revolución política, que ha propiciado condiciones democráticas, caminamos en una democracia, pero esa segunda etapa, que contempla aspectos económicos y sociales, no se ha abordado y no se abordará si el pueblo mismo no está unido, si el pueblo no se conjuga en un solo objetivo”.
“En estos 20 años que han transcurrido desde la firma de los Acuerdos de Paz, nuestra juventud no ha recibido las condiciones materiales y culturales de vida como para sentirse desafiados a estudiar, especializarse en un oficio, trabajar, contribuir a la riqueza y bienestar del país; como si la juventud no existía y lo único importante es obtener las mayores ganancias”, manifestó el reverendo.
Edgar Palacios cree que el país necesita algo parecido a unos nuevos Acuerdos de Paz, que involucre a todos los sectores de la nación. “Desde nuestra consciencia cristiana aplaudimos los avances del Gobierno del Cambio, el trabajo que realiza el FMLN en la Asamblea Legislativa dirigido a beneficiar a las amplias mayorías, apuntalando la economía del país, sin embargo, necesitamos un nuevo acuerdo nacional, un pacto social y político, en el que se tengan como metas superar el problema económico y el problema de la violencia”.





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