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Ajusten sus relojes: se viene la "hora atómica"
A la prensa
británica no le gusta la idea. Según el diario Sunday Times, se trata nada
menos que de "la pérdida" de la hora GMT (Greenwich Mean Time),
"símbolo durante más de 120 años del papel de superpotencia de la Gran
Bretaña victoriana".
Cincuenta científicos del mundo entero se reunieron a partir del
jueves a puertas cerradas al noroeste de Londres, bajo el patrocinio de la
prestigiosa Royal Society, para debatir sobre una nueva definición del tiempo,
que haría pasar a la historia la hora GMT.
La GMT, basada en el primer meridiano de Greenwich, se convirtió
en la referencia mundial del tiempo en una conferencia celebrada en 1884 en
Washington.
"Se comprende que el Reino Unido tenga ese sentimiento de
pérdida", declara Elisa Felicitas Arias, directora del departamento del
Tiempo de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas, organismo internaciones
con sede en Sevres, cerca de París, a cargo de definir el kilo y el metro.
La nueva definición propone liberarse totalmente del tiempo
"solar", basado en la rotación de la Tierra y medido por los
astrónomos desde hace más de 200 años a partir del meridiano de Greenwich.
En realidad, hace ya 40 años que el mundo no se rige por la hora
GMT, que sigue siendo la hora legal de Gran Bretaña y se utiliza todavía
ampliamente en el mundo como referencia.
Una conferencia internacional adoptó en 1972 el "Tiempo
Universal Coordinado" o UTC, calculado en 70 laboratorios del mundo por
400 relojes "atómicos", llamados así porque el segundo es definido
por el ritmo de oscilación de un átomo de cesio.
El tiempo atómico tiene la ventaja de ser mucho más preciso, pero
difiere unas fracciones de segundo del tiempo definido por la rotación de la
Tierra. Actualmente, para guardar la correlación con la rotación terrestre, un
"segundo intercalado" es agregado aproximadamente cada año. Ahora los
científicos proponen suprimir ese segundo, abandonando con ello la correlación
con la hora GMT.
El cambio es necesario a raíz del funcionamiento en red de las
telecomunicaciones o de la navegación con la ayuda de los satélites a través
del GPS. Esas redes "necesitan una sincronización del nivel del
nanosegundo", explica Arias. Y como algunos sistemas aplican el
"salto" de un segundo y otros no, su interoperabilidad se ve
comprometida. "Comienzan a crearse escalas del tiempo paralelas",
señala Arias alarmada.
"Imaginen un mundo que tuviera dos o tres definiciones del
kilo", recalca. Una recomendación que propone suprimir el segundo
intercalado será sometida en enero a la votación de la Unión Internacional de
Telecomunicaciones en Ginebra. Si ese texto es adoptado, el tiempo atómico se
apartará progresivamente del tiempo solar, al ritmo de un minuto cada 60 a 90
años, y de una hora en 600 años.
Ante las reticencias diversas, la conferencia de la Royal Society
-la academia de ciencias británica-, podría dejar abierta la posibilidad de
ajustes futuros. La conferencia "podría reflexionar a otra manera de
correlacionar el tiempo de rotación de la Tierra", sugiere Arias. Se
podría agregar una hora cada varios cientos de años. "Después de todo, nos
saltamos una hora con el paso a la hora de invierno", argumenta.