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La ciencia reproduce primer instante del universo y entra en una nueva era



GINEBRA (AFP) - Científicos a cargo del mayor colisionador atómico del mundo consiguieron este martes desencadenar choques de partículas generadores de una energía récord, para recrear condiciones similares a las que siguieron al estallido del Big Bang del que surgió el universo.


"Esto es física en acción, el inicio de una nueva era, con colisiones de 7 TeV (teraelectronvoltios)", dijo Paola Catapano, científica y portavoz del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) de Ginebra, al dar parte del experimento.


"Es un momento fantástico para la ciencia", señaló el director general del CERN, Rolf Heuer, en una videoconferencia desde Japón, apenas conteniendo su emoción.


Los vítores irrumpieron en las salas de control cuando los detectores del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) marcaron el choque de unas billones de partículas subatómicas a una velocidad inédita, en un tercer intento que resultó exitoso.


"Estamos una milmillonésima de segundo después del Big Bang", dijo a la AFP el portavoz del CERN, James Gillies.


"Es realmente un momento muy emotivo", afirmó Steve Myers, director de aceleradores y tecnología del CERN.


"Con certeza estaremos repitiendo la hazaña varias veces en la semana que viene y durante el año", añadió el científico, quien había comparado el experimento con el lanzamiento de dos agujas desde lados diferentes del Atlántico, esperando que chocaran.


La nueva etapa, llamada "Primera Física", supone el comienzo de una serie de millones de choques similares durante un periodo de 18 a 24 meses.


El LHC, que se encuentra en un túnel de 27 kilómetros de largo instalado en la frontera entre Francia y Suiza, se detuvo pocos días tras su inauguración en 2008 y estuvo 14 meses en reparaciones.


Sin embargo, tras su relanzamiento en noviembre de 2009 el colisionador -que costó unos 3.900 millones de euros (5.250 millones de dólares)- realizó varias hazañas sin precedentes.


Un mes más tarde había alcanzado ya una potencia jamás vista de aceleración de haces de protones, de 2,36 TeV, permitiendo el choque de más de un millón de partículas. Ahora, tras alcanzar los 7 TeV, superó en tres veces y media la potencia máxima de su competidor, el Fermilab de Chicago (Estados Unidos).


Científicos de todo el mundo procesarán y analizarán los datos en una gigantesca red de ordenadores, buscando evidencias de un eslabón perdido conocido en la teoría como el bosón de Higgs, comúnmente llamado la "partícula de Dios".


"En este tipo de física, lo importante de observar nuevos fenómenos es recoger estadísticas", indicó la científica Despiona Hatzifotiadu. "Nos dará una idea de cómo fuimos creados en un comienzo".


El experimento podría también esclarecer la "materia oscura" y la "energía oscura", materia invisible que podría explicar un 96% del cosmos.


Aun así, el LHC actualmente funciona sin desplegar todo su potencial, pues está diseñado para producir choques a una velocidad de 14 TeV, o un 99,99% de la velocidad de la luz, que podría alcanzar en 2012.


La investigación para observar y entender las misteriosas fuerzas del universo ha inspirado películas de Hollywood, como "Ángeles y Demonios".


La aventura también ha encontrado muchos escépticos, sobre todo en Estados Unidos y Alemania, que señalan que el CERN está interfiriendo con fuerzas que podrían llevar al mundo a ser absorbido por un agujero negro o generar partículas teóricamente destructivas conocidas como "strangelets".

Adolescentes: les gusta el peligro.


LONDRES (Reuters) - Los adolescentes están programados para asumir riesgos porque disfrutan más que otros grupos la emoción que se genera en situaciones peligrosas, dijeron científicos británicos.
Los resultados podrían explicar por qué los adolescentes se involucran en actividades como consumo de drogas, peleas o sexo sin protección.
"La llegada de la adolescencia se caracteriza por una explosión de actividades 'riesgosas', como manejar irresponsablemente, tener sexo sin protección, experimentar con alcohol, hábitos dietarios poco aconsejables y el sedentarismo", dijo Sarah-Jayne Blakemore, del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la University College London, coautora del estudio.
La especialista agregó que este tipo de conductas contribuye a la llamada "paradoja de salud" de la adolescencia, que ocurre cuando la etapa de máxima salud física coincide con un período de altos riesgos y altas tasas de mortalidad.
Los investigadores, cuyo trabajo fue publicado en la revista Cognitive Development, estudiaron a 86 niños y hombres de entre 9 y 35 años, que participaron en un juego de computadora en el que tenían que tomar decisiones para ganar puntos.
Luego de cada juego, los investigadores midieron las respuestas emocionales de los jugadores registrando cuán satisfechos o insatisfechos estaban con el resultado.
El equipo halló que la llegada de la adolescencia implicaba un aumento del disfrute ante situaciones peligrosas. Esto podría ayudar a explicar por qué los adolescentes son más propensos a asumir más riesgos, dijeron los investigadores.
"Entender por qué los adolescentes toman esos riesgos es importante para las intervenciones de la salud pública y para sus familias", sostuvo Blakemore.
Los resultados sugieren que los jóvenes son buenos a la hora de analizar los pros y contras de sus decisiones, a diferencia de los niños, pero asumen los riesgos porque disfrutan más la emoción generada en una situación peligrosa que otros grupos etarios, sobre todo cuando salen ilesos.
Las conductas más riesgosas se vieron en los adolescentes de 14 años.
Un estudio apoyado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado el año pasado halló que el 40 por ciento de las muertes de adolescentes en todo el mundo se debían a heridas o episodios violentos.
Los hombres jóvenes que viven en regiones de ingresos medios como Europa del Este y partes de Sudamérica están en un riesgo particularmente alto, demostró el estudio.
(Reporte de Kate Kelland, editado en español por Silene Ramírez)

De las bromas pesadas al acoso: como evitar que sus hijos caigan en la trampa del maltrato grupal

MinhaVida
Por: Claudia Finamore

Con la excusa de que se trata de juegos sin consecuencias, los jóvenes cometen actos violentos que pueden llegar a ser delictivos. No se trata de simples bromas entre adolescentes, aunque en muchos casos los padres o responsables no sólo los eximen de responsabilidades, sino que los animan a repetirlos con su silencio o omisión.

Los factores que desencadenan la violencia adolescente son varios y complejos. Desde la pérdida de la autoridad paterna y la dificultad en el diálogo familiar, pasando por la alienación en la escuela, seguidos por la violencia urbana, todos son causantes. Pero es innegable que una buena parte del problema se origina dentro de casa.

Lo mejor y lo peor de la naturaleza humana coexisten dentro de cada uno de nosotros. Los sentimientos más primarios (odio, envidia) conviven con los más elevados, como la solidaridad y la compasión. Lo que determina qué camino tomará cada uno de ellos es la existencia de canales adecuados para darles curso. Cabe a la familia y a la escuela ayudar al niño a transformar los impulsos en comportamientos aceptables; y a la sociedad ofrecer canales para que esa energía se direccione a objetivos elevados.

El problema con la enseñanza de valores morales es que nuestra creencia en esos valores se da en términos abstractos, pero la transmisión de aquellos se produce en gestos cotidianos. Y en muchos casos nuestros actos desmienten nuestra palabras.

Los padres exigen a sus hijos que sean íntegros, pero hacen trampa en los juegos para que los niños ganen y así estimular su autoestima. A ese paso les enseñan que sólo vale quien gana; y que hacer trampas está bien. Muchos padres confunden violencia con capacidad de liderazgo: el hijo rebelde "saber lo que quiere" o "tiene una personalidad fuerte". Otros usan la fuerza para castigar o coaccionar sin darse cuenta de que, independientemente de la intensidad del castigo físico, al pegarle a un chico se le enseña que la violencia es una forma legítima de resolver los problemas.

Algunos padres, por no tolerar la frustración de los hijos, no les imponen límites claros y coherentes. Olvidan que la frustración es parte de la vida. Los niños que no aprenden a lidiar con la frustración son impacientes, hacen berrinches y tienden a transformarse en adolescentes insatisfechos, que no soportan un no como respuesta.

La escuela tiene un papel importante en este proceso: le corresponde traducir las normas que rigen la convivencia humana y el bagaje cultural acumulado a lo largo de generaciones, de manera que los niños y adolescentes puedan entenderlos y usarlos. Al observar al profesor los alumnos miran más sus actitudes y su código de ética, por encima de su discurso.

Pero las responsabilidades de la escuela van más allá, porque todo lo que pasa dentro de sus muros está bajo sus cuidados. Sobrenombres o apodos malintencionados y juegos de mal gusto son ejemplo de situaciones que terminan por transformar el ambiente escolar en un escenario de agresiones. El profesor, sin darse cuenta, puede comportarse como aliado de los alumnos más agresivos y ser connivente con la humillación a los más retraídos.

La manifestación más extrema de lo anterior es el bullying (palabra inglesa que denomina a la práctica violenta en la cual un alumno se vuelve blanco de burlas y agresiones recurrentes por parte de sus compañeros de clase). Ese comportamiento era ignorado o desvalorizado por los prefesores y padres hasta hace pocos años, hasta que las investigaciones revelaron las graves consecuencias que acarrea para las víctimas, los agresores y los testigos de las agresiones.

Los agresores imponen por medio de la violencia, y su liderazgo sobre sus colegas es garantizado por el miedo. Si no se interviene para cambiar esa trayectoria, serán adultos impulsivos y con comportamientos antisociales. Si los jóvenes creen que no tienen nada que ver con lo que sucede a su alrededor, perderemos la oportunidad de tener un mundo mejor.Los casos de adolescentes agresores o agredidos llegan a los consultorios de los analistas o sicólogos cuando el problema ya está instalado y las consecuencias son graves. Difícilmente los padres buscan ayuda ante las primeras señales de violencia. En muchos casos prefieren negar el problema, tienen miedo a las opiniones de terceros, prefieren resolver el trastorno por sí solos o minimizan la gravedad de lo sucedido. Pero la búsqueda de ayuda profesional es muy importante para que las consecuencias del bullying se minimicen.

CAS: Hogar de ancianos "San Vicente de Paúl"

Con mucho entusiasmo los alumnos/as empiezan una nueva experiencia y oportunidad de desarrollar destrezas y retos. Adelante!!!